Saltar al contenido

Folk: Las raices culturales que se convierten en música

Hoy, el término folk se asocia tanto a lo tradicional como a lo moderno. Lo vemos en artistas que retoman la esencia de sus raíces, pero también en propuestas actuales como el neo folk o el indie folk, donde las guitarras acústicas conviven con sintetizadores suaves o arreglos más experimentales. Es un género que ha sabido adaptarse sin perder su autenticidad.

Indice

Orígenes del Folk: Del romanticismo europeo al canto del pueblo

La palabra folk viene del alemán Volk, que significa “pueblo”. Esto ya nos da una pista de su esencia. Musicalmente, el término comenzó a usarse a mediados del siglo XIX, cuando los movimientos románticos europeos empezaron a interesarse por las manifestaciones artísticas del pueblo llano: sus cuentos, danzas, leyendas… y por supuesto, su música.

En Inglaterra, el término folklore fue acuñado por William Thoms para referirse a este “saber del pueblo”. A partir de ahí, los estudiosos comenzaron a recopilar canciones tradicionales transmitidas oralmente, con melodías sencillas, letras cargadas de historia y emociones auténticas.

En Estados Unidos, la historia fue algo distinta pero igualmente poderosa. A inicios del siglo XX, inmigrantes europeos llevaron consigo sus tradiciones musicales, que se fusionaron con los sonidos autóctonos y afroamericanos. Fue allí donde nació el American folk, que más tarde daría lugar a fenómenos como el folk rock y movimientos de protesta como los de los años 60.

🎻 Instrumentos del alma: Sonidos que definen la música Folk

El folk tiene una instrumentación característica. En Estados Unidos, se asocia al banjo, la armónica, el violín. En América Latina, la quena, el charango, la zampoña, la marimba, el cuatro venezolano. Cada región tiene sus sonidos y eso enriquece el género.

Lo interesante es que muchos de estos instrumentos son accesibles, portátiles, populares. No necesitas un estudio caro para tocar música folk. De hecho, una de sus esencias es la simplicidad. El cantante folk clásico va acompañado de su guitarra, y nada más. Con el tiempo se han integrado otros instrumentos acústicos, pero rara vez verás batería o percusión agresiva.

En mi experiencia, esta desnudez instrumental permite que lo que brille sea la letra, la historia, la emoción. Y eso es lo que hace aeste género musical tan poderoso.

👵 La música folk como puente entre generaciones

Algo que me emociona del folk es cómo conecta generaciones. Mi abuelo escuchaba zambas y tonadas. Yo crecí con Silvio Rodríguez y Caetano Veloso. Mis sobrinos ahora escuchan a Kevin Kaarl y Natalia Lafourcade.

La esencia es la misma: historias contadas con honestidad, emociones en estado puro, una guitarra como compañera y letras que no necesitan disfrazarse. La música folk no envejece. Solo cambia de cara, pero mantiene el alma.

Evolución del Folk en España: de la tradición popular a la nueva sensibilidad

La música folk de raíz en España tiene una historia tan rica como diversa. Su evolución no ha sido lineal ni homogénea, sino una suma de resistencias culturales, reinvenciones artísticas y redescubrimientos generacionales. Desde las canciones populares transmitidas oralmente en los pueblos hasta los discos de artistas experimentales actuales, esta tradición ha mutado, pero nunca ha desaparecido.

El inicio: música del pueblo para el pueblo

Durante siglos, la música popular en España fue simplemente la música del día a día. Cada región tenía sus formas propias: romances castellanos, jotas aragonesas, nanas andaluzas, cantos asturianos, gaitas gallegas, coplas canarias… Era música funcional, ligada a la cosecha, al duelo, a la fiesta, a las estaciones.

No se grababa, no se escribía. Se vivía.

El renacer de la música folk durante la dictadura y la transición

Durante la dictadura franquista (1939–1975), parte de esta música tradicional fue usada como vehículo de resistencia cultural. Aunque en algunos casos fue cooptada como símbolo nacionalista (como las jotas), en otros se convirtió en refugio y denuncia.

En los años 60 y 70 surgieron artistas comprometidos que recuperaron las raíces con un espíritu crítico. El ejemplo más claro es el movimiento de la Nova Cançó en Cataluña, con nombres como Lluís Llach, Raimon o Maria del Mar Bonet, que cantaban en catalán y hablaban de libertad.

En el País Vasco, Galicia y Andalucía también hubo movimientos similares. En muchos casos, estos cantautores mezclaban elementos populares con la canción protesta y lo convertían en un arma poética contra la represión.

La transición a la democracia trajo consigo una explosión creativa donde la música folk tuvo su espacio como símbolo de identidad regional y memoria colectiva.

Años 80–90: de la raíz al olvido (y los híbridos)

Durante los años 80 y 90, con la llegada del pop, el rock, la movida madrileña y la globalización musical, las formas tradicionales perdieron presencia en los medios. Se mantuvieron vivas gracias a festivales, asociaciones culturales y grupos locales, pero el foco estaba en otros géneros.

Aun así, surgieron propuestas híbridas que mezclaban rock con raíz popular (como Celtas Cortos, con influencias celtas y castellanas) o fusión con sonidos latinos y árabes, como Radio Tarifa. También aparecieron recopilaciones, como las del Nuevo Flamenco, que coqueteaban con lo tradicional sin ser puramente folk.

🌱 Siglo XXI: el resurgir desde lo íntimo y lo alternativo

Desde los años 2000 en adelante, comenzó un lento pero firme resurgir de la música folk, no desde la industria, sino desde la independencia. Aparecieron artistas jóvenes que redescubrieron las raíces desde un enfoque personal, emocional e incluso estético.

Ya no se trataba solo de “rescatar” el pasado, sino de reimaginarlo con nuevas herramientas: producción digital, lírica introspectiva, mezcla con indie, electrónica suave o cantautorismo minimalista.

Ejemplos claros:

  • Xabier Díaz, que renueva el folclore gallego con percusión tradicional.
  • Rodrigo Cuevas, que convierte el cancionero asturiano en una experiencia escénica provocadora y vanguardista.
  • María Arnal i Marcel Bagés, que fusionan archivo sonoro y sensibilidad pop.
  • Valeria Castro o Silvana Estrada, que conectan lo regional con lo universal desde lo acústico.

La sensibilidad actual ha devuelto protagonismo a este estilo. Ya no suena a museo. Suena a presente, a introspección, a conexión. Se ha vuelto íntimo, sensorial, y profundamente humano.

🎤 El presente: folk como espacio de libertad creativa

Hoy en día, el folk en España no necesita sonar “antiguo” para ser legítimo. Hay propuestas que conservan los sonidos tradicionales tal cual, y otras que revisan la raíz con mirada moderna. Lo común en todas: la honestidad, la emoción, y ese vínculo con lo propio.

Ya no es música de festivales de pueblo solamente. El género está en los teatros, en los podcasts, en las playlists, en los Tiny Desk, en los discos de vinilo hechos a mano. Está en los corazones de quienes buscan belleza sin artificios.lo hechos a mano. Está en los corazones de quienes buscan belleza sin artificios.

Folk en América Latina: Identidad, protesta y poesía popular

En Latinoamérica, el folk tiene un peso aún más profundo, porque se entrelaza con la historia de los pueblos oprimidos, las dictaduras y las luchas sociales. En Argentina, por ejemplo, surgió el movimiento del Nuevo Cancionero, que luego inspiró la Nueva Canción latinoamericana. Fue una revolución artística liderada por voces como Mercedes Sosa, Víctor Jara, Silvio Rodríguez o Caetano Veloso.

La música folk en nuestra región no solo es artística, sino política. En sus letras se habla del exilio, de la injusticia, de la tierra, del pueblo, del amor y del dolor. En palabras crudas pero poéticas, se expresa lo que muchas veces no se puede decir abiertamente.

Yo siempre admiré esa valentía. En la música folk latinoamericana hay una crudeza sincera. No necesita florituras. Un par de acordes, una voz firme y un mensaje claro son suficientes para conmover. Y esa fórmula sigue viva en nuevas generaciones de artistas.

La importancia del Folk en la preservación cultural

El folk es, en muchos sentidos, un archivo sonoro de la identidad de los pueblos. Gracias a él sabemos cómo sentía, cantaba y luchaba la gente hace 100 o 200 años. Y gracias a los nuevos artistas, esa tradición sigue viva.

Además, en un mundo cada vez más globalizado, este tipo de musica ayuda a rescatar lo propio, lo local, lo auténtico. Cantantes como Lila Downs, que canta en mixteco y zapoteco, están ayudando a mantener lenguas vivas a través de la música. ¿No es maravilloso?

Por eso creo que el folk no solo es música. Es resistencia cultural.

🎯 Conclusión: Por qué el folk sigue tocando corazones

La música folk no necesita modas. Sobrevive porque es real. Porque cuando alguien agarra una guitarra y se atreve a contar lo que siente sin filtros, eso conecta. Así ha sido siempre, y así seguirá siendo.

Ya sea en la zampoña de los Andes, el banjo de Tennessee o la guitarra de un joven en su cuarto cantando al desamor, el folk sigue latiendo.

Y tú, ¿ya te diste la oportunidad de escucharlo en serio?

Última actualización el 2025-04-15 / Enlaces de afiliados / Imágenes de la API para Afiliados