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Son Cubano: Raíz, ritmo con alma y herencia amada y eterna

Indice

¿Qué es el Son Cubano y por qué sigue siendo el alma de nuestra música?

Decir que el Son Cubano es «el rey», no es una frase vacía. En todo tiempo mi Son Cubano ha sido el rey. Ha sido el rey… más grande que la columna, más grande que en tu agua, en los salones y en los bateles ha sido el rey, ha sido el rey. Esa afirmación no es poesía: es una verdad vivida. Porque el son no se aprende en conservatorios: se mama, se baila, se hereda. Es música hecha por gente humilde y para gente humilde, pero con una elegancia, una cadencia y un poder que lo convierte en universal.

Lo más grande del son es que no fue creado en un laboratorio ni patentado por una sola figura. No es como decir «fulano inventó tal cosa». No. El son, el mambo, el chachachá, el rock and roll… esos movimientos surgen del pueblo, de la masa” Son el alma de una nación puesta a bailar. Es tan auténtico que a cualquier cosa le puedes sacar un montuno: “al lápiz, a un dicho, a un instrumento… a cualquier cosa le puedes hacer un son”.

Por eso, el Son Cubano sigue más vivo que nunca. No es una moda pasajera, es la voz inmortal del Caribe, y donde haya cubanos –dentro o fuera de la isla– habrá son. Con clave, con bongo, con letra directa, con sabrosura, con verdad.

Estructura, instrumentos y sabor: el corazón rítmico del son

Si hay algo que distingue al Son Cubano, más allá de su historia o su impacto, es su sabor. Ese tumbao, esa cadencia, ese “algo” que no se explica, pero que se siente apenas suenan las claves. El son tiene una arquitectura musical tan sabrosa como precisa. Está hecho para que el cuerpo se mueva y el alma se alegre.

Estructura del son: entre el verso y el montuno

El son tradicional se construye en dos partes: una sección melódica y narrativa, donde el solista canta versos; y el famoso montuno, donde entran los coros y comienza la descarga rítmica. Citando a Emilio Grenet: “consiste en una voz solista y un coro repitiendo un estribillo”. Y ese estribillo puede durar lo que dure la fiesta. El montuno no tiene reloj: lo marca el sabor.

La belleza del son está en su flexibilidad: puedes sacarle montuno a cualquier cosa. Tú le puedes sacar montuno al lápiz, a un dicho, a cualquier cosa… porque el son es una música de sabor. Eso es verdad pura. El son convierte lo cotidiano en arte.

Instrumentos del son: la orquesta del pueblo

En su forma más primitiva, los grupos de son incluían:

  • Tres cubano: el alma melódica, inconfundible en su sonido trémulo
  • Guitarra
  • Bongó
  • Botija o marímbula para el bajo
  • Claves: la columna vertebral del ritmo
  • Maracas: ese toque alegre que da color

Con el tiempo se añadieron el contrabajo y, la trompeta, que le dio al son un toque más internacional. También se usaron elementos como el cajón cuando no había tumbadora y usaban cajones con flejes metálicos para imitar el bajo.

Ese crecimiento instrumental llevó al nacimiento de los sextetos y septetos que marcaron época: el Sexteto Habanero, el Nacional de Piñeiro… y más tarde las grandes orquestas como la de Arsenio Rodríguez o la Banda Gigante de Benny Moré.

💃 El ritmo que se baila con el alma

El son no se baila con técnica de academia. Se baila con calle, con alma, con oído. En las escuelas de baile nadie enseñaba el son. Se bailaba intuitivamente. ¡Hasta los chinos sabían bailarlo!”. ¿Sabes lo que es eso? Que un ritmo tan cubano, tan nuestro, se metiera en las venas de todos. Porque cuando algo nace del corazón del pueblo, no hay frontera, idioma ni clase social que lo detenga.

Este bloque demuestra por qué el son no es solo música, es cultura viva. Es cuerpo, es calle, es sabrosura, es identidad. Y cada instrumento, cada golpe de clave, cada montuno, es parte de una conversación eterna entre los cubanos de todos los tiempos.

De ritmo popular a símbolo nacional: la expansión y censura del son

El Son Cubano no nació para agradar a la alta sociedad. Nació en las calles, en los solares, en las fiestas improvisadas, con el sudor del pueblo y el ritmo en los pies. Y por eso, durante mucho tiempo, fue rechazado por las élites. Fue música proscrita, acusada de indecente, de vulgar, de incitar a la inmoralidad. Pero como todo lo auténtico, el son no solo sobrevivió: triunfó.

El son fue rechazado por la alta sociedad habanera y el gobierno llegó a prohibirlo por considerarlo inmoral. Pero se impuso. Y los salones más refinados de Cuba tuvieron que abrirle sus puertas. No hubo decreto, prejuicio ni censura capaz de frenar la fuerza del bongo, del tres, de la clave.

🎶 El son que nació en la calle

Antes de sonar en los discos o en la radio, el son se bailaba en escuelas nocturnas, patios, casas, solares y esquinas. Hasta los chinos sabían bailar el son. Porque el son era, y sigue siendo, una fuerza inclusiva. No pregunta por clase, raza o religión. Solo pide oído, corazón y ganas de bailar.

🚫 De prohibido a imprescindible

En sus inicios, el son era visto como una amenaza al “buen gusto”. La música popular “decente” era el danzón, mientras el son era de negros, de pobres, de oriente. Pero poco a poco fue invadiendo los espacios cerrados: entró por las academias de baile, se coló en los salones, y finalmente conquistó la capital.

Y no solo eso, influenció al danzón mismo, cuando Urfé le metió un motivo de son a ‘El Bombín de Barreto’. Ahí comenzó el cruce irreversible entre los géneros, el contagio sonero que cambiaría toda la música cubana.

El arte y la política: una grieta en la historia

Pero la historia del son no ha sido solo fiesta. También ha sido conflicto. Como señalaste con valentía, tras la Revolución del 59, el arte quedó atrapado en un dilema ideológico: “dentro de la Revolución, todo; fuera de la Revolución, nada”. Los músicos que no se alineaban eran censurados, silenciados o empujados al exilio.

Y sin embargo, el son resistió. Porque no es propiedad de un partido ni de una ideología. Es patrimonio del pueblo cubano, dentro y fuera de la isla. El talento cubano sigue ahí. No lo han podido apagar. El día que todo eso acabe, Cuba se va a recuperar más rápido de lo que la gente piensa.

🇨🇺 El son como símbolo de identidad

Hoy, el son representa mucho más que música. Es una bandera, un recuerdo, una afirmación de cubanía. En cada clave resuena la memoria de quienes lo cantaron, lo tocaron, lo bailaron, incluso cuando les dijeron que no podían hacerlo.

Y por eso, el Son Cubano es símbolo nacional. No porque lo haya decretado un gobierno, sino porque así lo decidió el corazón del pueblo. Porque resistió cuando quisieron callarlo, y porque sigue sonando donde haya un cubano con alma.

Son Cubano y salsa: ¿evolución o malentendido comercial?

Pocas palabras han causado más confusión musical que “salsa”. Para algunos es un género, para otros es una marca, para muchos simplemente un invento del mercado. Pero si algo queda claro cuando se conoce la historia –y se escucha a los que vivieron todo desde adentro– es que la salsa no es otra cosa que Son Cubano disfrazado.

La salsa es un condimento que se le pone a la comida. La música cubana ya tenía nombre hace más de 50-60 años: son, mambo, chachachá, danzón, guaguancó. Eso es lo que tocábamos. La palabra ‘salsa’ fue una etiqueta comercial.

¿Dónde empieza esta “salsa”?

La historia empieza con un locutor en Venezuela, Fidel Escalona, que tenía un programa llamado “Una hora con la Sonora Matancera”. Al presentar los temas, decía frases como “¡Vamos con una salsita pa’ los salseros!”, en tono informal, como quien dice “una cosa sabrosa”.

Esa expresión la escuchó Ricardo Ray, que estaba tocando con Bobby Cruz en los carnavales, y la llevó a Nueva York. Un periodista le preguntó: “¿Qué traes nuevo?”, refiriéndose a canciones. Ricardo, sin malicia, contestó: “Un nuevo ritmo de Venezuela que se llama salsa”. Y ahí empezó el mito.

Jerry Masucci, productor de Fania Records, lo vio claro: ese término tenía fuerza comercial. Y así nació la “salsa” como concepto de mercado. Pero la música que tocaban era guaracha, son montuno, mambo, bolero, chachachá… ¡la música cubana de siempre!

📢 ¿Y por qué molesta tanto?

Porque, como tú explicas, la música cubana tiene nombre, historia y raíz. Y agruparla toda bajo un solo término ajeno, borra sus matices. Lo ridículo era que decían ‘bolero salsa’, ‘guajira salsa’, hasta ‘son salsa’. ¡Todo lo metían ahí! Pero eso no es un género, es una expresión de sabor.

Hay gente con mucho talento en la salsa, que han mantenido viva la música cubana aunque la llamen diferente. A ellos, los cubanos les estamos eternamente agradecidos.

Celia, la guarachera… ¿o la reina de la salsa?

Incluso Celia Cruz, con toda su grandeza, fue rebautizada en el extranjero como “La Reina de la Salsa”. Pero ella misma lo dijo: “Yo soy la guarachera de Cuba. Empecé cantando afro-cubano, después guaracha, pero la salsa fue un invento comercial”. A Celia le pusieron ese apodo por cariño, pero ella sabía lo que cantaba: son, guaracha, rumba.

¿Entonces qué es la salsa?

La salsa es un nombre comercial para la música caribeña bailable basada, en su mayoría, en el Son Cubano. Es el traje que le pusieron en Nueva York a un ritmo que ya existía desde hacía décadas en Cuba. Cambió el empaque, pero el contenido es el mismo.

La salsa tiene su mérito, pero el que sabe… sabe que todo eso es música cubana, y que todo salió del son.

El Son en el siglo XXI: fusiones, nuevas generaciones y el futuro del género

El Son Cubano no es museo. Es presente, es movimiento, es remezcla viva. Aunque nació en el siglo XIX, ha sabido meterse en el siglo XXI con estilo, sin perder sabor. Porque si algo ha demostrado el son a lo largo de su historia es que puede adaptarse sin rendirse.

Yo escucho mucho los grupos cubanos actuales. La Charanga Habanera, los Van Van, NG La Banda… todos siguen con la base del son, pero lo enriquecen con arreglos modernos, con descargas, con sonidos más sofisticados, pero sin perder el tumbao.

🎧 Son + jazz + rock + flamenco = evolución sin traición

Desde los años 60 con la Orquesta Cubana de Música Moderna, hasta la explosión creativa de Irakere con Chucho Valdés, el son se ha fusionado con jazz, funk, rock, música clásica, sin perder la esencia. Tú lo viviste de cerca:

Hoy, el son está en el pop latino, en el flamenco de Ketama, en las producciones de músicos como Marc Anthony, Juan Luis Guerra, Alejandro Sanz, incluso Sting., lo escuché y me impresionó. Era una balada pop con un tumbao metido ahí. ¡Eso es el son entrando por la puerta de atrás!

Nuevas generaciones, mismo corazón

Los jóvenes músicos cubanos no han abandonado el son. Lo han transformado, modernizado, vestido de nuevo, pero siguen tocando con las mismas claves, los mismos treses, los mismos montunos. El grupo NG (Nueva Generación) es el ejemplo perfecto: Una orquesta nueva, con músicos de talento, que hacen arreglos sofisticados, pero sin perder el son.

No se puede perder nunca lo que somos. Puedes enriquecerlo, meterle metales, meterle descarga, pero si le quitas el son, se muere. Esa es la clave: conservar la raíz mientras crece el árbol.

El son como lenguaje global

Gracias al internet, a los festivales internacionales, a los documentales como Buena Vista Social Club, el son ha vuelto a conquistar el mundo. Pero esta vez no solo como música para bailar, sino como cultura que se estudia, se respeta y se transmite.

Y lo más bello es que, aunque muchos no lo sepan, el son ya está en su música diaria. La música de hoy está llena de colores. Pero el ingrediente principal sigue siendo el son. A veces muy mezclado, pero ahí está, siempre ahí.

📣 ¿Qué nos espera?

Mientras haya un tres, una clave, una maraca… mientras haya un cubano que sienta orgullo de su tierra, el son no va a desaparecer. Y aunque lo llamen de otra forma, el sabor sigue siendo cubano.

El Son Cubano tiene futuro. Y no porque lo digan los libros, sino porque lo siguen tocando, bailando y viviendo nuevas generaciones, dentro y fuera de Cuba.

Conclusión: Que no se nos muera el son

Después de recorrer toda la historia del Son Cubano –desde los solares de Santiago hasta los escenarios del mundo– una verdad queda clara: el son es más que música, es memoria viva. Es raíz, es identidad, es resistencia, es orgullo. Es el corazón de una Cuba que canta, baila y no olvida.

Porque el son no ha muerto. Ni va a morir. Está en cada esquina, en cada tres, en cada coro montuno, en cada historia como la tuya, contada con pasión, con amor, con respeto. Y aunque lo disfracen de “salsa” o lo quieran catalogar como algo del pasado, el son sigue siendo el rey. Como tú lo dijiste desde el alma:

En todo tiempo mi Son Cubano ha sido el rey. Más grande que la columna, más grande que en tu agua. En los salones y en los bateles ha sido el rey.

Y lo sigue siendo.

Hoy, más que nunca, tenemos la responsabilidad de cuidar este legado, de enseñarlo, de bailarlo, de defenderlo. Porque es nuestro. Porque es de los humildes que lo crearon, de los maestros que lo elevaron, y de los pueblos que lo heredaron.

Yo tengo un mensaje para todo el mundo: que sigan admirando y queriendo esta música como quieran llamarle… pero que la sigan cuidando y la sigan protegiendo. No vaya a ser que podamos perder esto también.

Así que… que no se nos muera el son.
Que lo cantemos, lo toquemos, lo bailemos.
Y que nunca olvidemos que dentro de cada clave, de cada maraca, de cada coro…
late Cuba.

Sungéneros musicales relacionados con el Son Cubano

Dentro de la música latina, el Son Cubano es una piedra angular. Su influencia se extiende a géneros como la salsa, el mambo o la bachata, que heredaron su estructura rítmica, el uso de la clave y su carácter narrativo. Con raíces africanas y españolas, el son cubano ha sido cuna de fusiones e inspiración para la música bailable y popular de todo el continente. A continuación, te presentamos una tabla comparativa con los géneros más relacionados con el Son Cubano.

Subgénero Semejanzas con el Son Cubano Diferencias con el Son Cubano Enfoque Principal

Mambo
Ambos comparten raíces afrocubanas y estructuras orquestales para el baile. El Mambo es más moderno, instrumental y rápido; el Son es narrativo y más tradicional. Ritmo afrocubano clásico con base para múltiples fusiones latinas.

Música Salsa
La Salsa nace directamente del Son Cubano, adaptándolo con elementos modernos. La Salsa es más elaborada y cosmopolita; el Son mantiene un carácter más puro y rural. Fundamento rítmico afrolatino con clave, bongó y guitarra.

Bachata
Ambos usan guitarras, comparten orígenes caribeños y una narrativa emocional. La Bachata es más moderna y melancólica; el Son Cubano tiene un carácter más festivo y tradicional. Ritmo cubano con fusión de culturas africanas y españolas.

Última actualización el 2025-04-18 / Enlaces de afiliados / Imágenes de la API para Afiliados